La adultez, es la etapa de mayor actividad y responsabilidad en la vida de una persona y donde se encuentran condensadas todas sus experiencias pasadas (algunas de ellas sin resolver). Gracias a esto pueden surgir o arrastrarse múltiples problemas a nivel personal y en relación a otras áreas como la familia, la pareja, los amigos, o el trabajo. Aveces esos problemas pueden resolverse fácilmente pero otras veces no tanto. Esto es así porque el dolor inunda a la persona, se percibe así misma como alguien carente de recursos y no encuentra en su entorno la ayuda adecuada o el apoyo necesario.
Es en este momento, cuando la intervención de un psicoterapeuta cualificado se hace necesario; alguien en cual apoyarse para resolver el conflicto, sin juicios, sin presiones, con honestidad, ajeno a el, que pueda ofrecer una visión diferente, ayudar a reducir el nivel de sufrimiento y a optimizar los recursos propios facilitando a su vez otros nuevos.
Los problemas en la etapa adulta puede ser múltiples y variados: ansiedad, depresión, experiencias traumáticas, duelos sin resolver, adicciones, manejo inadecuado de la emociones, crisis por falta de sentido vital, déficit de autoestima, carencias afectivas, problemas con la imagen corporal, problemas sexuales, problemas relacionales, etc.
Todo estos problemas pueden materializarse en la persona a través de: dificultad para conciliar el sueño o sueño excesivo, agotamiento físico y mental, preocupaciones por evento pasados y/o futuros, apatía o falta de interés por actividades que antes eran gratificantes, inquietud, tristeza desproporcionada, rabia consigo mismo y los otros, falta de concentración, déficit en el cuidado personal, pensamientos negativos recurrentes, etc.
Tener una relación sentimental puede ser una de la cosas más gratificantes que hay en la vida. Sentirse querido, acompañado, apoyado, reconocido y ocupar una parte importante en la vida de alguien, es algo que las personas anhelan y necesitan. Pero a su vez una relación sentimental mal gestionada, con conflictos sin resolver, puede convertirse en un verdadero calvario, donde prima la frustración, la desesperanza, las críticas, o los señalamientos. Además, suele ser muy común la intervención de terceros que opinan, posicionándose, normalmente con la intención de ayudar, pero que consiguen el efecto contrario haciendo la brecha mas grande.
En este momento es fundamental la intervención de un persona neutral, fuera del conflicto, que pueda entre otras cosas: atender y facilitar la reducción de la frustración, el resentimiento, la culpa, la tristeza, u otras emociones dolorosas a nivel individual; observar y comprender lo patrones de comunicación e interacción disfuncionales así como sus causas, ofreciendo nuevos recursos y poniendo en valor los ya existentes; y que facilite el saneamiento de aquellos conflictos del pasado que quedaron sin resolver y que reaparecen continua o intermitentemente para dañar la relación.
Los problemas de pareja pueden ser múltiples y variados, los más comunes suelen ser: la monotonía o falta de actividades nuevas y gratificantes, la insatisfacción o falta de deseo sexual, déficit comunicacional, desacuerdos en la gestión del hogar, infidelidad, celos, experiencias del pasado dolorosas y no resueltas, problemas derivados del momento vital de la pareja como puede ser el inicio de la convivencia, el nacimiento de un hijo, etc.
Por ultimo, es importante señalar que no es necesario tener un alto nivel de conflicto para hacer psicoterapia, puede acudirse a ella para solventar conflictos puntuales, tomarse como medio preventivo o como una forma de fortalecer la relación a modo de crecimiento personal y conjunto.
La adolescencia, puede ser vista como una etapa de transición entre la infancia y la adultez. Conlleva tareas como la adquisición progresiva de responsabilidades en el hogar, la gestión deliberada de las primeras relaciones sociales y sentimentales, la búsqueda de preferencias profesionales para adecuar sus estudios, crear las bases de su identidad adulta y construir una imagen personal acorde a ella. Ademas de estas tareas el adolescente comienza hacerse preguntas relativas a si mismo, su entorno familiar y social, comenzando las comparaciones, las preocupaciones y los comportamientos reaccionarios.
Todo esto es sensible a la aparición de pensamientos limitantes, emociones desbordantes y conductas perjudiciales para si mismo que pueden verse reflejadas en el grupo de amigos, el instituto y sobre todo en el ámbito familiar, donde muchas veces los padres se ven desbordados y no saben como ayudar a sus hijo o hija.
Es en este momento es cuando se es necesario contar con un psicoterapéuta que ofrezca apoyo y recursos al adolescente para que pueda solventar sus conflictos, recobrar el bienestar y tener una transición plácida a la etapa adulta. Por otro lado, también puede ser necesario atender a los padres o tutores legales con el fin de reducir los posibles niveles de frustración generados, ofrecerles una nueva visión, y recursos para que los cambios sean paralelos y consistentes a los de sus hijos e hijas.
Lo problemas en la adolescencia pueden ser múltiples y variados; no obstante, entre los más comunes se encuentran: dificultad para identificar y gestionar sus emociones, falta de habilidades para identificar y comunicar sus necesidades, dificultades en la gestión de las primeras relaciones sentimentales, desencuentros con su entorno familiar y social, preocupación sobre su identidad sexual, bullying o acoso escolar, adicción a drogas, nuevas tecnologías y redes sociales, problemas derivados de la apariencia física o complejos, etc.
La infanci,a se caracteriza por tres elementos fundamentales: aprendizaje, cambio y adaptación. Para los niños todo es nuevo y todo requiere de un aprendizaje progresivo en habilidades y pautas de comportamiento. A esto se le suma la adquisición progresiva de responsabilidades y la necesidad de adaptarse a diferente acontecimientos externos como: conflictos familiares, dificultades económicas, separaciones, muertes, nacimientos de hermanos, etc.
Si bien es cierto que los niños suelen mostrar una gran capacidad de adaptación, esta no es ilimitada y pueden verse superados por algunas situaciones, sentirse desvalidos, desprotegidos y comenzar a mostrar comportamientos desajustados, fundamentalmente en casa y la escuela como: falta de atención, rebeldía, desobediencia, ira, tristeza o miedo desproporcionado, mutismo, aislamiento, fracaso académico, etc.
Ante esta situación, es importante trabajar paralela y conjuntamente con los niños y sus padres, ofreciendo a los primeros la posibilidad de expresar y resolver su mundo interior a través de técnicas basadas en el Juego y a sus padres recursos para puedan adaptarse y reforzar los cambios producidos en sus hijos y/o modificar ciertos patrones de relación o cuidado disfuncionales para el momento vital de su hijo.